2011/10/05

Paris Je t'aime

Este verano hemos hecho una escapada familiar a Paris. Soy una enamorada de la ciudad de las luces y del amor…Por algo esta considerada como la ciudad más hermosa y glamorosa del mundo, y la que atesora mayor número de monumentos en todo el mundo.
La Torre Eiffel es el más famoso y representativo de todos ellos.
De hecho, nuestra principal motivación para realizar el viaje a Paris, fue que You viera en vivo y en directo con sus propios ojitos la mágica Torre.

You conocía la Torre Eiffel antes de ir a Paris, por los dibujos animados de Little Einstein y fotos que había visto, y desde muy bebé había sentido una especial atracción por la famosa torre. Cuando aprendió a hablar,  me iba indicando “¡mira!,¡la Torre Eiffel!” cada vez que la veía, ya fuera en una revista, en el escaparate de una agencia de viajes, o en un bolso…
Así que, el día 31 de agosto de 2011 (casualmente, el día del 14 aniversario de la fatídica muerte de Lady Di) llegamos a Paris, nos instalamos en el Grand Hotel du Palaise Royal donde nuestro Golden Retriever era tan bienvenido como nosotros  www.hotel-paris-palaisroyal.com y tras una refrescante ducha, salimos de paseo por la ciudad: El Museo de Louvre, los Jardines de Tuilleries, Los Campos Elíseos, El Arco del Triunfo, Jardines de Trocadero… y por fin, ¡el momento mágico del encuentro! (He de confesar que estaba nerviosa, por temor a que You se llevara una desilusión o se desencantara con lo que iba a ver)

Pero nada más lejos de la realidad, desde larga distancia la reconoció y empezó a gritar emocionadísimo ¡La Torre Eiffel! ¡La Torre Eiffel! Acercarnos hasta ella, se nos hizo eterno, estábamos impacientes por tocarla, por verla de cerca, en todas sus dimensiones…y no nos defraudó. ¡You estaba encantado! Su padre y yo, habíamos estado antes allí, pero para nuestro hijo, era la primera vez y estaba ¡feliz! Y nosotros con él. A mí se me escapo alguna lagrimilla por el momento tan emocionante y mágico que vivimos, y aunque a alguien le pueda sonar cursi, lo llevaré para siempre en el corazón.
En los posteriores días visitamos La Defense, Notre Dame, La Sorbona, La Opera, Les Halles, el centro Pompidou, las míticas galerías Lafayette, el canal de Saint Martin donde Amelie Poulain lanzaba al agua las piedras que guardaba en el bolsillo, la cafetería “Le deux Moulins”, y muchos lugares más…pero la sorpresa nos la llevamos cuando llegamos a la placita de los tiovivos, desde la que se divisa la majestuosa Basílica Sacré Coeur de Montmartre, y le decimos a You:

¡Mira! ¡Sacré Coeur!

Y él contesta:
 ¡Nooooo! ¡Eso es el Taj Mahaaaal!!!





En fin….Siempre nos quedará Paris….
Y el Taj Mahal, también…


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